¿Cuándo le surgió el interés por la literatura?
Desde niña. Desde siempre. Desde que tengo uso de razón sé que quería ser contadora de historias. De niña ya escribía cuentos, y cuando iba a la biblioteca sabía que de mayor quería tener libros escritos por mí en las estanterías de las bibliotecas. Creo que nací contadora de historias. Mi abuelo, que fomentó las ganas que había dentro de mí de ser escritora. Él me dio las alas para que siguiese mi sueño. Me apoyó desde niña. Él me invitaba a seguir escribiendo un cuento tras otro. Era la única persona que sabía que yo escribía. En estos años desde allá dónde esté me ha apoyado en cada una de mis novelas, y sé que está muy orgulloso de mí. Porque, al fin y al cabo, era el sueño de los dos.
¿En qué se inspira para escribir sus libros?
Es algo que igual os puede resultar gracioso o surrealista. Me viene un título a la mente y desde el título escribo la novela. Por ejemplo, cuando escribí EL OLOR DEL SILENCIO, fue porque me pregunté un día a qué huele el silencio y tiré del hilo y salió una novela de 726 páginas. O con LA VIAJERA EN EL CAMINO, me vino el título a la cabeza y me pregunté: «¿Quién es?» Y conté su historia. Así con todas.
De los libros que usted ha escrito, ¿Cuál es su favorito?
Eso es como preguntarle a una madre cuál de sus hijos es el favorito. Esta es una pregunta de difícil respuesta por no decir imposible. Cada novela tiene su importancia, su carácter, su punto. Todas son favoritas.
¿Cuál es el premio que más le ha marcado como escritora?
El de los lectores. Saber que me lee mucha pero que mucha gente. El mayor premio para un novelista es que la gente busque tus novelas para leerlas. Te buscan para que les cuentes una historia, eso es fantástico. Que la gente te lea es el mayor premio. Luego todo lo que viene demás, pues es bien recibido.
¿Cree que la literatura debería ser asignatura obligatoria en el colegio?
Sí, por supuesto. Pero poniendo la asignatura patas arriba, quiero decir, que no hay que obligar a leer ciertos libros que a ciertas edades no entran ni con calzador, ni hay que aprenderse de memoria la vida de los escritores, sino deberían hacer que cada uno amase la literatura por lo que encuentra en ella. Puesto que para cada una de las personas hay al menos un libro que está escrito adrede para ella, y en clase de literatura deberían dar los instrumentos necesarios para que la búsqueda entre libro y lector fuese una misión apasionante.
¿Qué piensa de los dialectos?
Si como dialectos llamáis a otras lenguas como es la lengua valenciana. Solo puedo daros el consejo que me dio mi abuelo Miguel y que yo he seguido durante toda mi vida: «El saber no ocupa lugar». Como más lenguas sepáis, cuánto más sepáis de todo, más libres seréis. Así que tenéis que ser esponjas, aprended todo lo que podáis. Haceos amigos de la curiosidad, si algo os despierta la curiosidad tenéis que tirar del hilo y un hilo os llevara a otro y la vida se convertirá en algo emocionante.
¿Qué opina de la literatura en la RED y de esta como soporte literario?
Pienso que todo soporte que haga que se unan las ganas es magnífico. Todo aquello que facilite que dos se encuentren; es decir, autor y lector, es algo grande. Si hay alguien que quiere contar una historia y otro que quiere leerla, el canal o soporte resulta ser lo de menos.
¿Qué opina de la sustitución de los libros en papel por los libros digitales?
No creo que se sustituyan. Nadie es enemigo de nadie. Creo que pueden convivir perfectamente. Cada persona tiene sus preferencias. Habrá unas que les guste más el libro de papel y otras los e-books. No hay que prohibir nada. Hay que dejar que cada uno llegue a la literatura por el medio que más le guste. Es como las películas hay quien prefiere ir al cine y hay quien prefiere ver las pelis en su casa. O como nadar, hay quien prefiere el mar y hay quien prefiere la piscina. Lo importante es ver la película, leer el libro, nadar; no desde dónde o por dónde. Lo importante son las ganas. ¡Qué nunca falten las ganas!
¿Cree usted que el futuro literario de nuestro país es convincente?
Claro que sí. El talento existe, y va a existir siempre. Y amigos míos hay tres cosas con las que nadie puede acabar, ni nadie puede acallar: el talento, el esfuerzo y la verdad. Esas tres cosas siempre salen a flote. Siempre salen a la luz.
¿Cuál es su libro favorito de otro autor?
ÁNGULO DE REPOSO de Wallace Stegner y LA EDAD DE LA INOCENCIA de Edith Wharton.
¿Cuál es su autor favorito?
Paul Auster, sin ninguna duda.
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